lunes, 27 de enero de 2014

Si vas a correr, corre para ganar!!!!


El suizo Stanislas Wawrinka, de 28 años y 8° en el ranking mundial, ganó por primera vez el Abierto de Australia frente al número uno del tenis, Rafael Nadal. Luego de 12 participaciones en esta competencia, finalmente pudo ganar. Los periodistas mencionan como causas de su triunfo su rigor y constancia en el entrenamiento y destacaron la frase motivacional escrita en su brazo izquierdo:
‘Siempre intentaste. Siempre fallaste. No importa. Intenta otra vez.
Falla de nuevo. Falla mejor’.
(  Frase del dramaturgo irlandés Samuel Beckett (1906 – 1989))
¿Qué habrá llevado a Stanislas Wawrinka a elegir esta frase? Revisando su biografía nos enteramos de que abandonó el colegio a los quince años, no porque no tuviera metas, sino para ir en busca de un lugar en la historia del tenis. Stanislas tenía ya en su haber cinco títulos ATP, pero ninguno de los más importantes. Sin embargo, hoy aparece entre los tres mejores tras vencer a Novak Djokovic después de 14 intentos consecutivos y a Tomas Berdych, como anteúltimo paso de la final con Rafael Nadal.
Qué desafío nos presenta este joven en pro de la disciplina y la perseverancia, consciente de su necesidad de seguir intentando aún a pesar de las fallas y de la necesidad de esforzarse para alcanzar cada vez mejores resultados.
Disciplinarnos para seguir
¿No se dan cuenta de que en una carrera todos corren, pero solo una persona se lleva el premio?, nos pregunta el apóstol Pablo, y sigue: ¡Así que corran para ganar!’ (1 Corintios 9. 24 - 25).
Si hasta los atletas se entrenan con disciplina para ganar un premio que se desvanecerá, ¿qué nos tocaría hacer a quiénes corremos por un premio eterno?
En el libro No seas dinosaurio, Lucas Leys ayuda a los jóvenes a pensar en la disciplina de una manera positiva: ‘¿Por qué ser un joven promedio, perdido en la oscuridad de una vida promedio, disfrutando de un nivel promedio de alegría, si puedo tener la vida abundante que me prometió Cristo?¿ Cómo podemos sobrevivir a las crisis? ¿Cómo podemos ser espiritualmente aptos? El creador del universo trazó un plan para esto. Él dispuso algunas herramientas para que en el taller de tu intimidad puedas construir una vida realmente llena de vida. Algunos eligieron llamar disciplinas a estas herramientas. Yo las voy a llamar fuentes de vida’.
La disciplina es para todos los que seguimos intentando tener una vida fructífera y satisfactoria, sin importar la edad. Proverbios 13.18 dice: ‘El que desprecia a la disciplina sufre pobreza y deshonra; el que atiende a la corrección recibe grandes honores’.
Bill Hybels relata la historia de ‘una mujer que gana muchas maratones en Chicago, en la categoría de silla de ruedas’ que “Cuando le preguntaron cómo podía mantener su desempeño con tanta consistencia, dijo que se disciplinaba a sí misma para andar 160 km por semana…’. Así mismo, el autor nos desafía: ‘Cuando esta mujer cruza la línea de llegada, ¿crees que considera a la disciplina como un mal inevitable?’(siga leyendo en "1001 Proverbios de Dios para una vida feliz", Certeza Unida).
Si tuvieses que alentarte con algunas frases que te motivaran a disciplinarte para que tu vida funcione y tus sueños se cumplan ¿cuáles elegirías? La disciplina tiene la intención de mejorarte, de ayudarte a conseguir lo que necesitas. Es un signo vital: si no hay disciplina en tu vida, pronto serás un dinosaurio espiritual. Primero tenemos que construir nuestros hábitos para que, luego, ellos nos moldeen a nosotros.
Una frase que nos motiva
Nos entrenamos para ser buenos deportistas, músicos, profesionales, docentes, padres, pastores, esposos y esposas, amigos y amigas. Pero también en el terreno espiritual debemos entrenarnos, las disciplinas son actividades que deben convertirse en hábitos y que harán de nosotras y de nosotros cristianos con una vida espiritual abundante. Lucas Leys insiste: ‘Las disciplinas son importantes justamente porque por medio de ellas bebemos del agua de vida, esto es, Cristo… de nada sirve saberse la Biblia de memoria y poder recitarla boca abajo si no tenemos nada del amor de Cristo en nosotros. Eso sería confundir la fuente con el agua’.
Dios nos pide que nos comprometamos de todo corazón a cumplir las palabras que nos da, a atarlas en nuestras manos y a llevarlas sobre la frente para recordarlas (Deuteronomio 11.18).
¿Qué tal si en este día sacudimos los pesares causados por las cosas que no resultaron tan bien como esperábamos y nos alentamos y reenfocamos con la siguiente frase?:
Sé fuerte y valiente... Sé fuerte y muy valiente… Estudia constantemente la palabra de Dios. Medita en ella de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Sólo entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas (Josué 1.6-8)